Nos quejamos de vicio

Es que me pagan poco, es que no consigo trabajo, es que los impuestos son muy altos, es que la restricción de caracteres…mimimimi. Esa era yo hasta ayer. Ayer se me reveló una anécdota traductoril tan horrible que «lo mío» me parece ridículo. Seguro que «lo vuestro» también os lo parece ahora.

En 1969, Georges Perec, miembro del OuLiPo, escribió una novela de intriga llamada La disparition. Aquí dejo un pequeño fragmento para que lo leáis o lo observéis si no sabéis francés. En el fragmento y en la novela hay algo raro, a ver si lo veis:

Anton Voyl n’arrivait pas à dormir. Il alluma. Son Jaz marquait minuit vingt. Il poussa un profond soupir, s’assit dans son lit, s’appuyant sur son polochon. Il prit un roman, il l’ouvrit, il lut; mais il n’y saisissait qu’un imbroglio confus, il butait à tout instant sur un mot dont il ignorait la signification.

El maldito Perec escribió una novela de 320 páginas sin utilizar la letra «e». ¿Era un crack? Sin duda. ¿La novela tenía sentido? Digamos que es dificilita de leer. ¿Se ha traducido? Ya te digo.

Ayer leí un fragmento de una traducción:

Tonio Vocel no concilió el sueño. Encendió el fluorescente. Miró el reloj: cinco y quince. Suspiró hondo, se sentó en el lecho, se reclinó sobre el cojín. Cogió un libro, lo ojeó y lo leyó; pero solo pudo ver un lío enorme; los términos confusos le impidieron seguir el hilo.

ZASCA. Traducido sin la «a». Im-presionante.

Según Wikipedia, en el 98, los traductores Marisol Arbués, Mercè Burrel, Marc Parayre, Hermes Salceda y Regina Vega obtuvieron el Premio Stendhal de traducción con El secuestro, que es como se tradujo al español. No me extraña, menudo trabajito.

El querido Perec también escribió una novela solo con la vocal «e», aunque con faltas de ortografía, jugando con la homonimia y haciendo alguna trampita. En cualquier caso, los que en su día fliparon con Nach, morirían de asombro leyendo este libro.

Estelle, cependent, persévère près de l’Evêqe et espère qe le sperme se déverse de cette qeqette q’elle ne cesse de brenler, mets l’Evêqe est très près de ses septente berges et les verges de grends-pères, certes, menqent de verve, de genesse et de ggêté.
– Très chère enfent, fêt l’Evêqe, ne te désespère ! Tes brenlettes m’enchentent, mets je sens qe je te pèse et te permets de chercher qelqe verge enchenteresse ! Prend Tencrède, l’est vrément ferré !
– Z’ètes schwette, Emeenence, repleeqe Estelle, et ne me pesez ! J’hème les vétérents et les presqe-centenères ! Mets cette Excellence me permet-elle de l’éder de qelqe recette secrète ?
– Vrément secrète ? demende l’Evêqe.
– Certes, secrète n’est le terme réel, cette recette est dens qelqes textes

Esta obra no ha sido traducida al español, así que si no tenéis nada que hacer durante el verano…

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